miércoles, 23 de enero de 2008

Cuando alguien se va

"No merece la pena estar triste", me dicen. Pero es inevitable. Cuando alguien se va de nuestro lado, cuando alguien desaparece de nuestras vidas, no podemos evitar que fluya un torrente de sentimientos a través de nosotros. Recordamos con melancolía tiempos en los que nos acompañaron, momentos compartidos. Tampoco podemos evitar pensar en la fragilidad de la vida, y mucho menos en su fugacidad.

Nunca conseguiría explicar todo el barullo de ideas que se amontonan en mi cabeza. Es un momento de confusión, pero no paro de imaginar el dolor que debe oprimir, más todavía que el de todos los que también le recordaremos, el corazón de sus hijas y marido.

Ganó muchas batallas, durante muchos años, pero la última sabía que jamás podría ganarla. Tan sólo retrasarla.

2 comentarios:

Lisa dijo...

me has puesto la piel de gallina...

el finde pasado fui a despedirme de una señora de sesenta y pocos que dejaba una hija algo menor que yo... y pensé exactamente lo mismo que tú

"Cuando alguien se va de tu lado, no llores por haberlo perdido, alégrate de haberlo conocido."

Anónimo dijo...

bfff! esa sensación de impotencia que recorre tus venas... todo el mundo por desgracia ha perdido a alguien...